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Sony Xperia 5 II, análisis: vine por la cámara y me quedé por la batería

Sony Xperia 5 'mark' II. Así se pronuncia, según Sony, el nombre del gama alta que hoy nos ocupa: el hermano menor del Sony Xperia 1 II que ya pudimos analizar. La compañía japonesa hace un guiño a sus cámaras fotográficas, queriendo indicar que sus teléfonos comparten buena parte de la experiencia que tiene Sony en este campo.

En tiempos de móviles gigantescos el Sony Xperia 5 II es un soplo de aire fresco para el bolsillo. A pesar de ser especialmente alargado, es uno de los pocos móviles de gama alta "pequeños", esos rara avis a los que tanto nos gusta sacarles las cosquillas. Ya te adelantamos que, pese a tener algunos puntos débiles, la propuesta parece convincente.

Sony se mantiene lejos de la línea actual de diseño que siguen la mayoría de fabricantes, para apostar por diseños rectangulares y alargados. Este Sony Xperia 5 II tiene unas líneas idénticas a las de su hermano mayor, el Sony Xperia 1 II, pero en este móvil el tamaño es un gran baza, como veremos un poco más adelante.

La calidad de construcción se deja sentir desde el primer momento. Aluminio, cristal y líneas muy rectas, aunque no incómodas
Este terminal está construido en cristal y aluminio, dejándose notar desde el primer momento que lo sujetamos la buena calidad de construcción. La integración pantalla-marco es sobresaliente, el terminal es delgado, la botonera es bastante sólida y por la parte trasera tenemos un acabado algo reflectante que atrapa demasiado las huellas.

Llama especialmente la atención el trato que se le ha dado a la botonera, mirando el móvil por su lado derecho. Tenemos un total de cuatro botones: volumen, encendido (a su vez es lector de huellas capacitivo), Google Assistant y botón dedicado a la cámara. Ninguno de ellos baila, son sólidos, y el lector de huellas tiene forma alargada para que podamos encajar buena parte del pulgar.

Es destacable asimismo la integración de los altavoces del dispositivo, justo en el hueco entre la pantalla y el bisel. Conforman así una pequeña hendidura en los bordes superior e inferior, ocupando algo más de espacio en el caso del inferior.

El Sony Xperia 5 II no tiene el clásico pincho para la tarjeta SIM, sino que tiene una ranura que podemos quitar para acceder a la bandeja, sin necesidad de herramientas externas
Si miramos la parte superior del dispositivo, tenemos un jack de 3.5 auriculares, mientras que en la parte inferior tan solo encontramos el USB Tipo C. En el lado izquierdo tenemos una bandeja para la SIM. En lugar de sacarse con el clásico pincho, no tenemos más que quitar la tapa, un método mucho más cómodo y rápido. Pese a tener dicha bandeja, el móvil es resistente al agua y al polvo.

Con el Sony Xperia 1 II tuvimos el problema del manejo a una mano y en el uso horizontal, y es que un móvil de más de 16 centímetros en formato 21:9 era demasiado alargado. El Sony Xperia 5 II es muy cómodo a una mano, y no resulta tan incómodo en el horizontal. En este caso la parte superior del dispositivo es relativamente accesible si no tenemos una mano muy pequeña, y las esquinas no nos han resultado incómodas, ya que son algo curvadas.

Si hablamos del ejercicio de compactación, ser tan alargado y tan poco ancho lo convierte en un móvil muy pequeño a nivel de volumen. Se convierte así en uno de los móviles más compactos del mercado, aunque no hay que perder de vista que mide 15.8 centímetros de alto, cifra similar a la de un Huawei P40 Pro y bastante más respecto a un iPhone 11 Pro.

En cuanto al peso, con tan solo 163 gramos es principal ganador frente a sus rivales de gama alta, que rondan los 200 gramos. Son casi 20 gramos menos respecto a su hermano mayor, pese a compartir la misma pila que este. Pese a ser ligero, la sensación de robustez y buena calidad de construcción se dejan notar, con el único hándicap de lo poco oleofóbica que es la parte trasera.

Por último, destacar que el Sony Xperia 5 II tiene un pequeño LED de notificaciones en su parte superior, el cual no puede configurarse (tan solo activar y desactivar), pero que pone la guinda en un diseño que nos ha gustado bastante.

Pantalla: pequeño en tamaño, grande en tasa de refresco

En este frontal sin perforaciones, notch ni demás soluciones para aumentar superficie frontal, encontramos una pantalla OLED con resolución Full HD+, formato 21:9 y tasa de refresco de 120Hz. Sus 449ppi quedan lejos de los 643 del Xperia 1 II, pero son más que suficientes para que la nitidez del panel sea sobresaliente. El aprovechamiento frontal según GSMarena es del 80.9%, cifra lejana de algunos de sus competidores, aunque el panel no se nota mal aprovechado en ningún momento.

La calibración del color es buena, los perfiles de color soportados muy amplios y la posibilidad de personalizar el balance de blancos muy precisa
La calibración del panel es buena, y las posibilidades de personalización que brinda Sony, más aún. Por defecto el móvil viene en modo estándar, pero podemos activar el modo creador, compatible con el espacio de color BT.2020 y color de 10 bits, más amplio. Del mismo modo podemos ajustar al detalle el balance de blancos, moviéndonos entre un rango de punto blanco entre D50 y D93.

En nuestro caso lo hemos dejado tal y como viene por defecto, por la buena fidelidad en color y un balance de blancos correcto. Del mismo modo, hemos activado el modo creativo automático para que las apps compatibles con HDR puedan hacer uso de él. Pese a no ser un panel de muy alta resolución, no son apreciables los píxeles, y disfrutamos visualizando multimedia en todas las situaciones.

Renunciar a la alta resolución viene de la mano de los 120 Hz. Este Sony Xperia 5 II tiene más tasa de refresco que su hermano mayor, por lo que la experiencia en fluidez parece mayor debido al comportamiento del panel. Los 120 Hz se pueden activar o desactivar (vienen activos por defecto), y los hemos notado activos en prácticamente todo momento, sin notables reducciones puntuales para ganar en autonomía.

Respecto al brillo máximo, es más que suficiente para ver el contenido del panel al sol. Del mismo modo, destacamos el buen trabajo con el brillo mínimo, muy bien trabajado para no deslumbrar cuando hay ausencia de luz. El brillo automático trabaja de forma correcta, aunque tiende quizás en exceso hacia los puntos más bajos de brillo.

La latencia del panel y la entrada táctil son sobresalientes, sin ningún tipo de retardo en pulsaciones o escritura en teclado. Sony ha querido llevar algo más allá la experiencia con la pantalla añadiendo sensores laterales en la pantalla. Se trata del clásico menú que aparece cuando deslizamos en el lateral, pensado principalmente para control a una mano. No obstante, no es una función que nos haya sido muy útil, por lo que hemos acabado desactivándola.

Rendimiento: un sobresaliente sin peros de ningún tipo

El Sony Xperia 5 II cuenta con el Qualcomm Snapdragon 865, acompañado de 8 GB de RAM. El rendimiento, sumado a los 120Hz del panel, es exquisito. No hay lag, retardos, problemas con multitarea ni el menor tipo de extraño en este punto. Es capaz de mover propuestas tan pesadas como 'Genshin Impact' o mover 'PUBG Mobile' con configuración Ultra en gráficos y FPS al máximo.

Sony no sube al carro de los 12 GB de RAM, pero en ningún momento notamos falta de agilidad en multitarea: con 8 GB vamos sobrados (de momento)
En cuanto al calentamiento, parece que Sony hace un buen ejercicio de disipación en este modelo. No hemos notado excesivo calor, ni siquiera jugando durante casi media hora de forma bastante intensiva. El Snapdragon 865 es un procesador propenso a aumentar rápido su temperatura, pero parece que en este modelo el tema de la temperatura queda bien resuelto.

Aquí os dejamos con algunos benchmarks pasados al Sony Xperia 5 II, para que podamos poner su potencia en contexto con algunos de los móviles más potentes del mercado.

Este gama alta de Sony, como indicamos en el apartado del diseño, tiene dos altavoces frontales para emitir sonido en estéreo, amén de un jack de auriculares en su parte superior. El sonido es bastante potente y, en general, la experiencia es buena. La experiencia mejora más aún si activamos Dolby Atmos, una función del sistema que potencia la salida de audio. Al ser un terminal tan delgado y quedar los altavoces tan pegados al cuerpo, el dispositivo tiembla un poco cuando está al máximo. No es algo molesto, pero sí curioso.

Echamos en falta, eso sí, algo menos de distorsión cuando empezamos a pasar del 70% del volumen. Asimismo, la respuesta en graves es algo mejorable y los agudos, si estamos con el volumen al máximo, quedan ligeramente enlatados. Lo que no ha terminado de gustarnos es el sistema de vibración dinámica de Sony. Este móvil es capaz de vibrar al ritmo de las canciones o las series, una función bastante curiosa, pero que acaba molestando más allá de aportar algo. El sistema es bastante insistente mandando notificaciones para que probemos la función, pero queda como algo anecdótico.

Software: más personalización de la que parece

Sony apuesta por Android 10 y una interfaz muy similar a la de Android AOSP: pocos añadidos a nivel visual y menús bien ordenados, sin demasiadas funciones escondidas. Pese a esto, es una capa muy personalizada, con múltiples opciones en las que ahondaremos. Respecto al bloatware, Sony permite escoger qué apps se instalan y cuáles no al configurar por primera vez el teléfono.

Sin llegar a ser excesivas, hay ciertas apps de terceros preinstaladas, aunque en la configuración inicial no queramos bloatware de ningún tipo
Pese a que hemos marcado que no se instale nada, apps como Facebook o juegos como 'Call of Duty: Mobile' venían preinstaladas. El escritorio por defecto es algo caótico, con el optimizador de juegos por medio (cuando su sentido viene en que se active cuando jugamos, no en tocarlo antes), accesos al modo multiventana y demás. Esto es fácilmente subsanable, por lo que no supone mayor problema.

Respecto al panel de notificaciones, cajón de aplicaciones y menú de ajustes, la interfaz es bastante similar a la de Android nativo. Encontramos algunos puntos de personalización por parte de Sony que permiten llevar la experiencia un poco más allá, eso sí.

Tenemos la opción de 'conectividad inteligente' para combinar WiFi y 4G, personalización de la pantalla ambiente (Always On Display), ajustes avanzados para la batería como el clásico modo STAMINA, un optimizador de juegos y demás. Respecto a este último, prioriza el trabajo del procesador y la RAM de cara al gaming, aunque no hemos notado una mejora en rendimiento. Es útil para evitar que nos lleguen notificaciones cuando estamos jugando, evitando así distracciones.

En definitiva, tenemos una ROM muy "limpia" y personalizada, sin demasiado bloatware y sin opciones que recarguen la experiencia de usuario. Sony quiere mantener esa experiencia minimalista en el apartado del software, y desde el punto de vista de maximizar rendimiento es una decisión acertada.