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Xiaomi Mi TV P1, análisis: este televisor va a dar guerra en la gama media, y no solo por su precio ajustado

Para Xiaomi los televisores no son un producto más. El porfolio de soluciones de esta marca china aglutina cientos de productos, muchos de ellos dotados de una fuerte carga tecnológica, pero la matriz de esta compañía solo es responsable al 100% del diseño y la fabricación de los smartphones, los routers y los televisores. Y no cabe duda de que esta es una evidente declaración de intenciones.

El televisor que estamos a punto de analizar acaba de ser presentado en España, pero, curiosamente, su vocación es muy diferente a la de los dos últimos televisores de esta marca que hemos tenido la oportunidad de analizar. A principios del pasado mes de abril probamos el Mi TV LUX Transparent Edition, un modelo con panel OLED transparente que pretendía ser una demostración palpable de la capacidad tecnológica de esta marca. Y poco antes, a finales de marzo, analizamos el Mi TV Q1 75", un televisor con el que Xiaomi aspira a competir en la gama alta con los pesados pesados de este mercado.

El modelo Mi TV P1 que vamos a poner a prueba en este artículo demuestra que la ambición de esta marca en el mercado de los televisores rivaliza con la que tiene en el sector de los smartphones. Los dos modelos que he mencionado en el párrafo anterior compiten en las gamas alta y prémium, y este televisor ataca la línea de flotación de la gama media intentando atraer la atención de los usuarios con una propuesta de precio comedido que llega equipada con Android TV 10, Dolby Vision, HDR10+, procesado de sonido Dolby Audio y DTS-HD. Y, de propina, pone la guinda con una implementación parcial de HDMI 2.1. Como veis, nos promete emociones fuertes.

Xiaomi Mi TV P1: especificaciones técnicas
Este televisor está disponible en cuatro tamaños diferentes: 32, 43, 50 y 55 pulgadas. La versión que hemos tenido la oportunidad de analizar es la mayor de todas, y está equipada con un panel LCD de tipo VA fabricado por TCL. Curiosamente, el panel de las versiones de 50 y 43 pulgadas lo produce TPV, y este último es IPS, y no VA. En las especificaciones Xiaomi no ha desvelado cuál es la relación de contraste nativa del panel VA de este modelo, pero, como comprobaremos en la sección en la que indagaremos en su calidad de imagen, tiene un contraste notable.

Este televisor incorpora un panel LCD VA de 8 bits + FRC fabricado por TCL, y, según Xiaomi, nos propone una cobertura del 94% del espacio de color DCI-P3

Una característica del panel que refleja con claridad que estamos ante un televisor de gama media es que se trata de una matriz de 8 bits + FRC (Frame Rate Control), y no de 10 bits. Este procesado permite al televisor generar un espacio de color más amplio utilizando píxeles adyacentes de colores diferentes que nos brindan la sensación de que estamos contemplando un tercer color que, en realidad, no forma parte del espacio de color del panel de 8 bits. Y parece funcionar porque, según Xiaomi, consigue cubrir el 94% del espacio de color DCI-P3.

El esquema de retroiluminación LED periférica en el que se apoya este televisor también refleja que estamos ante un modelo de gama media, pero he puesto a prueba televisores con este tipo de retroiluminación que rinden de una forma muy convincente si el algoritmo que se encarga de actuar sobre la atenuación global está lo suficientemente refinado. Más adelante comprobaremos cómo se desenvuelve en circunstancias comprometidas el de este televisor.

Como he mencionado en los primeros párrafos de este artículo, una de las bazas de este televisor, especialmente si tenemos presente que es un modelo de gama media que tiene un precio comedido, es su soporte de todos los formatos HDR más utilizados actualmente. Y es que no solo es capaz de procesar contenidos HDR10+, HDR10 y HLG; también lidia con el formato Dolby Vision, que, a diferencia de HDR10+, es propietario. En la sección en la que pondremos a prueba su calidad de imagen comprobaremos si su capacidad de entrega de brillo le permite lucirse con los contenidos HDR.

Xiaomi se ha esmerado con su diseño, pero su acabado es modesto
Cuando lo tienes delante este televisor es muy resultón. Sus marcos son finos, tiene un grosor en absoluto exagerado para tratarse de un modelo LCD de gama media (90 mm en la parte más gruesa) y sus pies laterales son estilizados. Si te limitas a mirarlo sin tocarlo podría pasar por un televisor LCD de gama alta. Eso sí, si te acercas lo suficiente para poder palparlo es fácil darse cuenta de que Xiaomi ha decidido ahorrar costes en los materiales utilizados en su fabricación para mantener su precio bajo control.

Y es que el plástico está presente en abundancia. Los marcos son de plástico. La parte trasera es de plástico. Incluso los pies laterales están fabricados con este material. No es un policarbonato de mala calidad, pero delata claramente que este televisor no tiene vocación de producto de gama alta. No cabe duda de que si estos elementos fuesen metálicos y mantuviese la capacidad de procesar contenidos Dolby Vision (Xiaomi ha pagado una licencia a Dolby para poder dotarlo de esta tecnología) difícilmente podría estar disponible por apenas 650 euros con un panel de 55 pulgadas.

Para fijar cada uno de los pies a la base del televisor es preciso utilizar dos tornillos. Como podéis ver en la siguiente fotografía, los pies son estilizados, lo que los ayuda a encajar bien con los discretos marcos de este modelo. Además, a pesar de ser de plástico son lo suficientemente sólidos para garantizar que el panel se mantendrá estable incluso si por accidente le propinamos un pequeño empujón. Un apunte interesante: el botón de encendido del televisor está completamente oculto en la base del recinto, justo por debajo del logotipo que reza la contracción 'Mi'.

La combinación de Android TV 10 y PatchWall deja un buen sabor de boca
El sistema operativo que incorpora este televisor es Android TV 10, una plataforma que a mí estéticamente me gusta menos que las últimas revisiones de Tizen y webOS, los sistemas operativos que utilizan Samsung y LG respectivamente en sus televisores, pero que corre con una fluidez irreprochable. El chip que se encarga de ejecutar este software es un MT9611 de MediaTek, un SoC con cuatro núcleos y una GPU Mali G52 MP2 que convive con 2 GB de RAM y que es también el responsable de la implementación parcial de la conectividad HDMI 2.1 de este televisor.

Una característica de este televisor que le permite desmarcarse de la mayor parte de sus competidores que también han apostado por Android TV consiste en que, además de este sistema operativo, cuenta con PatchWall. Este software es una interfaz desarrollada por Xiaomi que nos permite acceder a apps y contenido propio, así como a recomendaciones personalizadas que genera a partir del análisis de los contenidos que solemos reproducir. Como podéis ver en la siguiente fotografía, su interfaz es limpia y sencilla. Más aún que la de Android TV, y, en mi opinión, es un acierto.

Este televisor viene razonablemente bien calibrado de fábrica, pero su reproducción del color no es impecable nada más sacarlo de la caja. Muchos usuarios no verán la necesidad de dedicar tiempo al ajuste del color para afinar un poco más su rendimiento y conseguir que la reproducción de los tonos sea más fidedigna, pero quien quiera sacarle el máximo partido y no tema actuar sobre su ajuste fino acertará si presta atención sobre todo a la corrección gamma y la temperatura del color.

El mando a distancia Bluetooth que nos propone Xiaomi para actuar sobre el comportamiento de este televisor es el mismo que hemos utilizado en otros productos de esta marca. En pocos minutos conseguiremos hacernos con él, e incorpora los botones que nos permiten acceder a las funciones más relevantes del televisor, así que hasta aquí no tengo nada que objetar. La principal pega que le pongo es la misma que he puesto a los mandos a distancia de la mayor parte de sus competidores: incorpora solo dos botones de acceso directo a Netflix y Prime Video, y creo que sería una buena idea que tuviese al menos dos más, por ejemplo, a YouTube y HBO.

Logra medirse de tú a tú con los gama media más avanzados de las marcas veteranas
Para poner a prueba este televisor con contenido 4K UHD recurrí a mis películas de referencia habituales, entre las que se encuentran ‘La llegada’, ‘El renacido’, 'Interstellar' o ‘Blade Runner 2049’, todas ellas en Blu-ray 4K y Blu-ray Disc. Y, por último, a contenido de Netflix y YouTube que conozco bien. Para reproducir estas películas recurrí a un lector OPPO UDP-205, un dispositivo que ya está descatalogado, pero que sigue destacando por la gran calidad de su mecánica de transporte y su lógica de procesado de audio y vídeo.

La fotografía que podemos ver debajo de estas líneas la tomé utilizando mi microscopio digital, y en ella podemos apreciar con bastante claridad el patrón de distribución de los subpíxeles RGB que permiten generar las imágenes. La nitidez con la que podemos observar la matriz refleja que la lámina utilizada por Xiaomi para dispersar la luz y mejorar los ángulos de visión del panel VA no emborrona su definición. A priori esto suena bien, pero más adelante comprobaremos si sus ángulos de visión están a la altura, y también si consigue mantener bajo control los reflejos.

Una de las principales cualidades de los paneles VA es su notable relación de contraste nativo. En este ámbito suelen aventajar con claridad a los televisores que recurren a un panel IPS, y, como podéis ver en algunas de las fotografías que ilustran este análisis, este televisor tiene un contraste muy convincente. Sus negros son profundos, y, aunque su capacidad de recuperar detalle en las regiones en sombra es limitada, no sale en absoluto mal parado en este terreno. Más adelante comprobaremos si adolece del blooming que suele estar presente en los modelos con retroiluminación LED periférica.

Por otro lado, la capacidad de entrega de brillo de este televisor es moderada, por lo que los contenidos HDR no adquieren en él la espectacularidad que tienen en los últimos televisores con panel LCD que he analizado de marcas como Samsung o Sony. Eso sí, es justo recordar que se trataba de modelos de gama alta con un precio mucho más elevado. En cualquier caso, si disfrutamos nuestras películas con muy poca luz ambiental, o sin ella, los contenidos HDR lucen bien, pero no deslumbran.

Un ámbito en el que este televisor me ha sorprendido gratamente es la gestión del movimiento. Como es lógico no lo resuelve con la maestría con la que lo hace Sony en sus propuestas de gama media y alta (en mi opinión es la marca que tiene los mejores algoritmos de gestión del movimiento), pero rivaliza con modelos sensiblemente más caros. Punto para Xiaomi.

Por otro lado, la retroiluminación LED periférica cumple con la mayor parte de los contenidos, pero, como cabe esperar, cuando las circunstancias son comprometidas, como en la fotografía que podéis ver debajo de estas líneas, la zona iluminada de la imagen está enmarcada en una banda tenuemente más iluminada que las demás regiones del panel. En cualquier caso, la retroiluminación cumple porque no echa por tierra el notable contraste nativo del panel VA.

En buena parte de las fotografías que ilustran este análisis podéis ver que los objetos de la habitación se reflejan en la pantalla del televisor, lo que nos indica que la cobertura antirreflejos que han puesto a punto los ingenieros de Xiaomi tiene margen de mejora. Sin embargo, con los destellos se siente mucho más cómoda debido a que consigue confinarlos en una región acotada del panel (podéis verlo en la siguiente fotografía).

Uno de los talones de Aquiles de los televisores con panel VA son los ángulos de visión, que suelen ser sensiblemente más reducidos que en los televisores con panel IPS. Y, por supuesto, que en los modelos OLED. En este terreno este televisor cumple, aunque si nos colocamos en una posición muy escorada percibiremos que el color se degrada ligeramente. Por último, en lo que se refiere a la homogeneidad del panel no tengo nada que objetar. Y es que no debemos olvidar que TCL produce paneles de muy buena calidad, algo que he podido confirmar cuando he tenido la oportunidad de analizar alguno de sus televisores.

De acuerdo con mis mediciones el consumo medio de este televisor oscila entre 55 y 60 vatios, y solo en momentos puntuales supera esta última cifra, lo que está muy bien, especialmente en un momento en el que el coste de la factura eléctrica se está incrementando notablemente.

En lo que se refiere a la latencia este televisor no tiene la última palabra, algo comprensible si no olvidamos que se trata de un modelo de precio moderado. Después de utilizarlo para jugar durante varias horas con títulos que requieren un control preciso diría que este parámetro se sitúa entre 25 y 30 ms, por lo que nos ofrece una experiencia convincente siempre y cuando no queramos utilizarlo para competir. El tiempo de respuesta del panel VA tampoco es de referencia, pero apostaría que se sitúa en la órbita de unos razonables 15 ms.

Su sonido no está mal, pero tiene un margen de mejora claro
El sonido suele ser uno de los puntos débiles de los televisores de las gamas de entrada y media, y, desafortunadamente, esta propuesta de Xiaomi no es una excepción. Su calidad de sonido es aceptable siempre y cuando el nivel de presión sonora que le pidamos que nos entregue no sea excesivo. Pero si se nos va la mano con el volumen la distorsión se incrementará perceptiblemente, lo que provocará que en sesiones de uso prolongadas aparezca la siempre molesta fatiga auditiva.

Esta carencia es perdonable en un televisor de precio comedido, pero nos interesa tenerlo presente porque si queremos un sonido de cierta calidad y con pegada lo ideal es adquirir una buena barra de sonido que nos ayude a colocar el audio a la misma altura de las imágenes. O, mejor aún, un equipo de sonido multicanal discreto. Afortunadamente hay paquetes que incorporan un receptor de A/V y un conjunto de altavoces 5.1 de cierta calidad a precios muy razonables.

Una baza de este televisor que no podemos pasar por alto en este apartado es que es capaz de procesar contenidos con sonido Dolby Audio y DTS-HD, una prestación que se agradece especialmente en un momento en el que algunas marcas han dejado de proponernos la capacidad de descodificar sonido DTS en sus propuestas.

Xiaomi Mi TV P1: la opinión y nota de Xataka
La gama media es probablemente la más competida en el mercado de los televisores. Los modelos de gama alta son atractivos porque suelen ofrecernos las mejores prestaciones, pero su precio con frecuencia los coloca fuera del alcance de muchos usuarios, que se ven obligados a conformarse con un televisor de gama media con un coste más abordable. Estas son las coordenadas en las que se mueve este televisor, que, además, nos recuerda que optar por un modelo de gama media no tiene por qué obligarnos a realizar grandes sacrificios cualitativos.

Este televisor va a dar guerra en la gama media, pero quien decida comprarlo tendrá que reconciliarse previamente con sus carencias
Su baza más evidente es una relación precio/prestaciones atractiva, pero lo que le permite desmarcarse de muchos otros modelos de gama media, incluso de algunos con un precio sensiblemente más abultado, es su capacidad de procesar contenidos Dolby Vision y HDR10+. Además, como hemos comprobado en este análisis, tiene un diseño estilizado, y si nos ceñimos al software la experiencia que nos ofrece el tándem formado por Android TV 10 y PatchWall convence. De hecho, la capa de personalización de Xiaomi me parece incluso más atractiva que la interfaz de Android TV 10.

Eso sí, quien decida hacerse con este televisor deberá aceptar que en su construcción abunde el plástico; que su capacidad de entrega de brillo sea limitada, lo que provoca que el impacto visual de los contenidos HDR sea menor; y también que su sonido apruebe, pero sin llegar al notable. También habrá quien eche de menos un panel de 10 bits, y probablemente la implementación completa de la norma HDMI 2.1, pero de haber contado con estas características su precio quizá habría sido más alto. Creo que va a dar guerra en la gama media porque tiene cualidades muy interesantes, pero quien decida comprarlo se verá obligado a reconciliarse previamente con sus carencias.