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Guía para comprar móviles Android de segunda mano

Cambiar de teléfono es siempre una tarea complicada en la que intervienen muchos factores. Por ejemplo, a veces un teléfono nos parece perfecto en funciones y diseño, pero su precio se nos sale del presupuesto. No te conformes con menos, a veces una buena salida a este dilema es hacerte con un terminal de segunda mano.

Como su nombre indica, un teléfono de segunda mano ha pasado ya por otro dueño y eso supone ciertas consideraciones especiales a la hora de considerar su compra. Todos hemos oído alguna historia de terror sobre la compra de un dispositivo usado, pero teniendo en cuenta los siguientes consejos deberías minimizar los riesgos de caer en algún timo y lograr hacerte con el móvil de tus sueños a un precio de ganga.

Comprueba su estado
A la hora de comprar un dispositivo Android -o, en general, cualquier cosa- de segunda mano, la parte más importante es determinar en qué estado se encuentra. Al fin y al cabo, es lo que diferencia a un producto nuevo de uno usado y en él se basará el descuento que obtengas.

El mero paso del tiempo hace que un móvil Android de gama alta reduzca su precio dramáticamente, pero es aun más importante la rebaja por desperfectos. Un móvil usado pero en perfecto estado te ofrecerá una rebaja mucho menor que otro que tiene arañazos visibles. Al respecto, los vendedores están obligados a especificar el estado de sus productos de segunda mano en cualquier página de venta que se precie, y de no ser así -o si no es suficientemente preciso- siempre deberás preguntar antes de sacar la cartera.

Cada página y vendedor usa una terminología distinta, pero generalmente encontrarás los distintos tipos de estado:

Nuevo: un producto nuevo, con su caja y garantía, igual que comprarlo en una tienda.
Nuevo (otros): en teoría es un producto que no se ha usado nunca, pero algo pasa para que no entre en la categoría anterior (por ejemplo, no viene en su caja).
Reacondicionado: la definición varía (aquí la de Amazon, aquí la de eBay), pero generalmente son productos que están a medio camino entre usados y nuevos. Por ejemplo, su caja tiene algún golpe, han sido reparados o se han dañado en el transporte o almacenamiento.
Usado: un producto que ha sido usado y que puede estar en distinto estado de conservación.
Para desguace: un producto que no funciona y que solo deberías comprar si estás interesado en sus piezas o sabes que podrás repararlo.
Para cualquier producto que no sea absolutamente nuevo debes leer atentamente cualquier nota sobre las condiciones incluida en la descripción. ¿Tiene algún arañazo? ¿Algo no funciona correctamente? ¿Le falta el cargador, cables o auriculares?

Algunos vendedores pueden ser intencionadamente ambiguos en la descripción de las condiciones, así que exígeles que te muestren en una foto o vídeo cómo se ven esos "ligeros arañazos" para ver si realmente son ligeros o no. Para ver si falta algo, puedes consultar la página oficial del producto para ver qué viene incluido en la caja.

Es preciso diferenciar entre un teléfono usado y su estado, pues te encontrarás casos en los que un dispositivo que técnicamente nunca ha tenido un dueño (por ejemplo, ha estado de muestra en una vitrina) pero que tienen desperfectos como la pantalla quemada tras estar encendidos durante muchas horas todos los días.

Si puedes, testéalo
Si no lo estás comprando online sino en persona (por ejemplo, un conocido o un amigo-de-amigo) lo tienes todavía más fácil: examina el dispositivo con lupa al tenerlo en tu mano. Busca defectos, comprueba que no hay ningún píxel dañado, que los altavoces y los auriculares funcionan y que funciona con tu SIM.

Una aplicación que te puede ser muy útil es TestM, que incluye una serie de tests en distintos elementos clave del móvil para comprobar que todos los componentes están funcionando a la perfección.

Técnicamente también puedes pedirle a una vendedor online que haga estos tests en un teléfono que te va a vender, aunque una vez más deberás fiarte de su buena fé para saber que no ha manipulado el teléfono.

Ojo con la batería
Nos guste o no, la gran mayoría de teléfonos móviles de nuestros tiempos son unibody, lo cual quiere decir que cambiar la batería no es nada fácil y lo más seguro es que acabe siendo jubilado con la que traía de fábrica. Esto es especialmente importante al comprar un teléfono de segunda mano, pues la batería podía estar ya bastante desgastada.