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Huawei P40 Pro, análisis: un claro candidato a mejor cámara de 2020 que sigue con el software como asignatura pendiente

Huawei ha cambiado su jugada el año que quizás lo tenga más complicado para alcanzar la cuota de venta de la serie P de anteriores ocasiones. En 2020 ha habido cuatro móviles en su primera tanda de buques insignia, y en el análisis del Huawei P40 Pro os contamos en detalle como es la experiencia del que, por primera vez, es la segunda opción más completa de esta primera remesa de topes de gama.

Se trata de un móvil con el último procesador para la gama alta de Huawei, siendo una actualización centrada sobre todo en el diseño y en añadir parte de las mejoras en el apartado fotográfico que vemos en estos nuevos P40. Se le dice adiós al módulo de cámaras traseras en vertical y también al notch, todo manteniendo dimensiones y parte del hardware de sus predecesores.

Ficha técnica del Huawei P40 Pro

Diseño: el hijo curvilíneo de un iPhone 11 Pro y un Galaxy S20 Ultra
Hubo varias sorpresas en cuanto a la estética en este nuevo P40 Pro, que serán más o menos esperadas según los gustos de cada uno. El esfuerzo de la marca en lograr que sus buques insignia tengan buenos diseños y materiales se ha visto sobre todo en los últimos años y nos han dado móviles robustos y atractivos, algo que se mantiene en esta última entrega.

En los P40 de alta gama vemos tres acabados: brillo, mate y cerámica (éste último sólo para el P40 Pro+). La unidad que hemos analizado tiene la trasera mate de color gris, un acabado que recuerda irremediablemente al iPhone 11 Pro al no ser demasiado frecuente en la actualidad.

Esto no significa que sea infalible: también se ensucia tras haber estado un rato usándolo, pero la cuestión es que es en mucho menor grado que su predecesor (y que la mayoría de acabados que vemos actualmente) y que se limpia bastante más fácilmente. Eso sí, la moneda a pagar puede ser relativamente cara porque, como dijimos en las primeras impresiones, resbala mucho: hay que ir literalmente con cuidado y agarrándolo de manera firme para que no se nos escape (una funda es vuestra amiga).

El otro principal cambio en esta parte trasera es el módulo de las cámaras. No hay en este modelo una cámara más, tampoco en el P40 (sí en el Pro+), pero se ha englobado el sensor ToF en la isleta de manera que ya no está a parte con el flash y queda una protuberancia en forma de ficha de dominó, dejando atrás la disposición en vertical estilo semáforo.

Este módulo sobresale algo más que el que vimos en el P30 Pro (muy poco) y lo que han hecho es encajar el cristal protector en un marco metálico que comparte tono y acabado con el borde del móvil, también de metal. En él además vemos la firma de Leica, que un año más se encarga de parte de la óptica de esas cuatro cámaras que vemos en la parte trasera.

Otra de las diferencias con el P30 Pro es el marco metálico. Hasta ahora estaba más integrado tanto en color como en montaje dentro del “sándwich” de los dos cristales, con solución de continuidad a nivel de aspecto y curvatura de manera que apenas se notaba al tacto, pero en el P40 Pro sobresale algo más, estando menos integrado y como si fuese un marco añadido a posteriori.

Esto no implica incomodidad ni mucho menos, pero sí es cierto que es algo más llamativo (y un poco Galaxy, la verdad). El acabado en brillo a lo cromado choca con esa trasera mate más discreta, aunque donde más destaca es en las esquinas por la parte de la pantalla: ahí vemos que, en cierto modo, embebe la pantalla, y aunque no influye en el marco de la misma sí da un toque distinto (que nos guste o no ya es algo personal).

Hablando de esto, la pantalla tiene un marco que no alcanza una delgadez de récord: la curvatura es mayor que en P40 Pro, esta vez el borde del móvil es menos “puntiagudo” y casi dibuja una semiesfera (con lo cual digamos que la pantalla tiene “más cascada”), lo cual en cierto modo es el truco para que el marco parezca más fino. Pero más o menos mantiene el ancho que tenía el P30 Pro salvo el inferior, ya que la barbilla sí logra ser casi como el resto de lados (no llega a ser simétrico horizontalmente, pero está muy cerca).

Pero además de las curvaturas, lo que destaca es que han dicho adiós al notch. El P40 Pro integra dos cámaras frontales que se desligan del marco superior para permanecer en su isleta independiente en plena pantalla. Es considerablemente grande, por ejemplo recordando la que vimos en el Samsung Galaxy S10+ el año pasado, pero en el apartado de pantalla veremos cómo influye en la interfaz (y las posibilidades a nivel de software).