¡Todos los productos son NUEVOS y con 1 AÑOS de garantía!

Bateríasadaptador.es baterías Pago Seguro y Sencillo,Transmisión de Datos con Cifrado SSL.Nuestro objetivo consiste en la satisfacción de nuestros clientes.

Tras verse obligadas a dar las clases online, las universidades deberán afrontar un nuevo reto: hacer los exámenes por Internet

Hacer los exámenes online supone todo un reto a nivel logístico. Existen diferentes plataformas para hacer exámenes de este tipo, como Moodle, pero su problema radica en que la vigilancia es escasa. Nada impide a un alumno en su casa tener los apuntes o Google abierto en otra ventana e ir buscando las respuestas conforme hace el examen.

Una opción que se baraja es hacer "exámenes presenciales" conectados mediante una webcam. Eso ya pone una barrera de entrada, porque si el examen se hace por ordenador será necesario que este tenga una webcam conectada. La inmensa mayoría de portátiles tienen este periférico integrado en el marco, pero ni tiene por qué ser así ni todos los alumnos tienen que tener una webcam USB que puedan usar durante el examen.

Por otro lado, está el reto de la vigilancia. Si el profesor hace un examen a 80 alumnos en una misma videollamada, vigilarlos a todos es una misión imposible. Una opción es seguir la línea de la UOC (Universitat Oberta de Catalunya), que lleva unos años probando un software de reconocimiento facial que no solo identifica a alumno, sino que permite detectar intentos de trampas, como la inserción de una grabación previa en la webcam. Precisamente la UOC hace exámenes virtuales a los alumnos fuera de España, pero este año los hará a todo el mundo.

Sin embargo, no se puede dar por seguro que todas las universidades tengan un software de reconocimiento facial dedicado a estos fines. Existen softwares gratuitos que permiten insertar un clip pregrabado como entrada de vídeo para emular que estamos ahí cuando, en realidad, no lo estamos, e incluso alternar entre ese clip y la webcam en tiempo real. Hecha la ley, hecha la trampa.

Otra opción factible es hacer exámenes orales por webcam de uno en uno o en grupos reducidos. Eso permitiría al profesor controlar al alumno y evitaría las trampas, pero las cosas pasan. ¿Y si se cae la red? ¿Y si el alumno no tiene ordenador en casa? ¿Y si la webcam no funciona? ¿Y si la webcam tiene mala calidad y no es suficiente para controlar la mirada del alumno?

También se podría hacer exámenes tipo test con límite de tiempo en las preguntas, pero de nuevo, siempre hay formas de hacer trampas. Otra alternativa es hacer exámenes menos explicativos y más de aplicación. De esa forma, el alumno podría tener los materiales delante y tendría que saber aplicar diferentes conceptos a un caso práctico, lo que permitiría evaluar unas competencias mínimas y no el simple hecho de memorizar.

Otro desafío está en la defensa de trabajos de fin de grado, que para los alumnos de último curso también supondrá hacerla de forma online. Algunas universidades como la Loyola Andalucía hablan de hacerla "en modo de presencia virtual", es decir, con el alumno conectado mediante webcam, aunque las instrucciones concretas se mandarán después de Semana Santa.