¡Todos los productos son NUEVOS y con 1 AÑOS de garantía!

Bateríasadaptador.es baterías Pago Seguro y Sencillo,Transmisión de Datos con Cifrado SSL.Nuestro objetivo consiste en la satisfacción de nuestros clientes.

Apple, Google, coronavirus y privacidad: una tormenta perfecta que plantea si es peor el remedio que la enfermedad

El viernes pasado Apple y Google anunciaron una ambiciosa iniciativa conjunta: un sistema de seguimiento de contagios basado en Bluetooth que estaría integrado en iOS y en Android y que por tanto convertiría a nuestros móviles en potenciales de "chivatos" si hemos estado en contacto con una persona infectada por el coronavirus.

La propuesta de ambos gigantes se hacía con una declaración de intenciones según la cual este sistema se desarrollaría "respetando plenamente la privacidad y seguridad de los usuarios". Hemos escuchado ese mensaje otras veces: el problema es si podemos creerlo, y a pesar de las teóricas buenas intenciones de Google y Apple, varios expertos en este ámbito afirman que no.

Así funciona la trazabilidad de contacto
Aunque ya habíamos explicado con anterioridad cómo funciona el sistema, no está de más hacer un breve recordatorio. Los documentos técnicos que ofrecen tanto Apple como Google revelan los fundamentos de esa "trazabilidad de contacto" (contact tracing) que según algunos expertos puede ser crucial a la hora de evitar futuros reputes de la pandemia de coronavirus que nos tiene confinados desde hace semanas.

La idea es la de plantear un sistema de trazabilidad de contacto que permite hacer un seguimiento de los contagios a través de nuestros dispositivos móviles. La primera implementación podría ser una aplicación móvil desarrollada conjuntamente por Apple y Google que los usuarios tendrían que instalar, pero todo apunta a que la idea es integrar dicho sistema en iOS y Android a través de futuras actualizaciones de estos sistemas operativos.

Este sistema hace que nuestro teléfono registre todos los teléfonos que se encuentran cerca de él a lo largo del tiempo. Cada teléfono emite a través de Bluetooth un código unívoco que lo identifica —pero que teóricamente desanonimiza al propietario—, y los teléfonos que están cerca de él registran ese código (además de mandar el suyo propio).

Esa información va formando parte de una base de datos que entra en acción cuando una persona resulta dar positivo por coronavirus. Si eso sucede, puede optar por informar de ello en ese sistema de trazabilidad de contacto. Si lo hace, el resto de teléfonos que en algún momento estuvieron cerca de ese teléfono recibirán una notificación de cuándo lo estuvieron, alertando a esas personas del potencial riesgo de que también estén contagiados y ofreciéndoles información sobre cómo actuar en ese caso.

No está claro quién se encarga de difundir esa información sobre la confirmación del contagio: es probable que no lo haga el propio afectado, sino un proveedor legítimo de servicios sanitarios —en España esa podría ser la Seguridad Social— que evite así diagnósticos falsos emitidos por parte de malos actores, por ejemplo.

Primer problema: la seguridad
La idea es sin duda interesante, pero plantea amenazas claras a la seguridad y la privacidad de los usuarios. Los documentos técnicos publicados por Apple y Google se encargan de tratar de tranquilizarnos sobre lo primero, por ejemplo. Se crearían tres niveles de claves para cifrar y proteger todo ese trasiego de información, cada una destinada a a un ámbito distinto:

En nuestro móvil se mantendrían los identificadores de proximidad (que son el nivel más bajo de estas tres claves), y si acabamos dando positivo en coronavirus se compartirían las claves diarias de todos los días que hemos estado contagiados para que todos los que estuvieron cerca puedan recibir esa notificación.

Combinar esas dos claves plantea ciertas dudas sobre la seguridad del sistema. Esas dudas las exponía el criptógrafo Matt Tait, que afirmaba que una vez que las claves diarias sean públicas, es posible descubrir que IDs de proximidad están asociadas a un ID específico —que es justo lo que la aplicación acabará haciendo para confirmar a otras personas que podrían estar expuestas.

Moxie Marlinspike tampoco parecía demasiado convencido de que el sistema fuera tan interesante como prometían Apple y Google. Este hacker y desarrollador sabe de lo que habla: es el co-creador del protocolo Signal, el protocolo criptográfico que permite cifrar comunicaciones de voz, vídeo y texto (mensajería instantánea) de extremo a extremo y que se usa, por ejemplo, en la aplicación del mismo nombre, y también en WhatsApp, Facebook Messenger y Skype.