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Guía para interpretar los gráficos que se están publicando sobre el coronavirus

La epidemia del coronavirus ha paralizado muchas cosas, pero lo que está claro es que la producción de gráficos no ha sido una de ellas. Casi al contrario, hoy en día resulta casi imposible informarse sin cruzarse con varias docenas de gráficos, tablas y mapas cada día.

Por eso hemos empezado a elaborar esta pequeña guía para ayudarnos a entender qué dicen y qué no dicen todas esas visualizaciones de datos que se están publicando sobre el coronavirus. Es un artículo en permanente actualización. Lo ampliaremos para recoger los nuevos tipos de gráficos que vayan apareciendo, pero también lo completaremos con vuestras sugerencias, dudas y comentarios. La idea es tener un recurso sencillo para orientarse en mitad d ela jungla gráfica actual.

¿Cómo nos enfrentamos a un gráfico periodístico?

Ese que hay ahí arriba, es lo que muchos consideran el primer gráfico de información estadística de la historia. Aparece en 'La Verdadera Longitud por Mar y Tierra' (1644) de Michael van Langren y representa las variaciones en la determinación de la longitud entre Toledo y Roma. Evidentemente, podríamos buscar antecedentes anteriores y es posible que lo encontráramos en el mundo de la cartografía, pero es indiscutible que el gráfico de van Langren marcó un antes y un después.

De hecho, prácticamente todo lo que consideramos propio de la visualización de datos, apareció después. Joseph Priestley inventó las series de tiempo en 1765; William Playfair hizo lo propio con los gráficos de barras y líneas (1786) y los gráficos circulares (1801); Charles Joseph Minard creó "el mejor gráfico estadístico jamás dibujado" en 1869 y Florence Nightingale empezó a usar los diagramas que llevan su nombre en 1857.

Personalmente, acostumbrado a vivir en un mundo lleno de gráficos y visualización de datos, se me hace rara la posibilidad de que representar cosas a nivel visual sea una innovación relativamente reciente en la historia de la humanidad. Sin embargo, preguntarse por qué nacieron este tipo de herramientas es una manera excelente de entender sus puntos fuertes y sus debilidades.

¿Por qué nacen los gráficos? ¿Por qué lo seguimos usando? En esencia, hay dos razones. La primera razón el mero hecho de dibujar un gráfico constituye un análisis (por muy básico que sea) de los datos que tenemos entre manos. Es decir, las decisiones que tomamos durante su elaboración constituyen un procesado de la información y, por ello, el resultado nos permite acceder a insights interesantes de forma sencilla.

La segunda razón es, no tiene sentido ocultarlo, su potencia visual. Al fin y al cabo, vivimos en una cultura visual en la que las tablas son el summun del aburrimiento, mientras que los gráficos aparecen como algo sexy, potente e interesante. Se podría añadir más razones, pero esas dos son más que suficientes para acercarnos a la oleada de gráficos que han aparecido durante la epidemia del coronavirus.

Al final y al cabo, la visualización de datos en periodismo alberga siempre la tensión entre el impacto visual y la necesidad de ilustrar un argumento, hecho o fenómeno de forma sencilla y accesible. Los gráficos, nos guste o no, solo pueden responder a un (relativamente) pequeño número de preguntas de forma clara, por eso frente a los gráficos siempre es bueno ir con dos cosas en la cabeza: ¿Qué me puedes contar? ¿Y cómo extraigo lo que a mí me interesa? Cómo extraer esas dos cosas de los gráficos habituales sobre la crisis es lo que vamos a tratar de explicar con esta guía.