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Buscando el mejor portátil en relación calidad precio: recomendaciones de compra en función del uso y nueve modelos destacados

A no ser que tengas en mente un modelo concreto, a la hora de comprar cualquier producto la aspiración máxima es encontrar aquel con la mejor relación calidad precio y los ordenadores portátiles no son una excepción a esta máxima. Así que si andas a la búsqueda de un equipo y no tienes muy claro cuál quieres, pero sí para qué y cuánto puedes gastarte, en esta guía de compra de portátiles con mejor relación calidad precio vas a encontrar una cuidada selección de candidatos.
¿Para qué vas a usar el portátil?
La premisa de la relación entre prestaciones y precio es amplia, ya que no es lo mismo buscar un equipo que nos permita navegar por internet con la comodidad de un teclado y un sistema operativo de escritorio que buscar un modelo para gaming.

Con un espectro tan amplio, nos toca definir una serie de escenarios uso para determinar qué especificaciones pueden resultarnos interesantes. En este apartado hemos tratado de esbozar las líneas generales a tener en cuenta para tener claro el punto de partida, sin ahondar en exceso.

Solo lo quiero para Windows

Ofimática sencilla, navegar por internet, ver alguna serie y poco más. Si esa es tu meta, en nuestra guía de compra de portátiles con Windows por menos de 500 euros encontrarás modelos que cumplen el objetivo del artículo.

En ese artículo incluimos Windows ya instalado porque este tipo de usuarios suele ser básico y no quiere complicarse en el proceso de ahorrarse algo de dinero e instalar Windows por su cuenta (o simplemente usar una distribución Linux).

Ojo porque aquí podemos caer en la trampa de infradimensionar nuestras necesidades y comprar un portátil barato pero que en un año nos desespere por su lentitud.

¿Qué tenemos que mirar? Al menos procesadores Intel Core de novena o décima generación, o bien en un Ryzen de AMD de tercera o cuarta generación, tanto por rendimiento como por consumo. En cuanto a RAM, los 8GB van a ser una cifra muy común y no debemos bajar de ella. Si nos vamos al almacenamiento, mejor evitar aquellos con HDD por una cuestión de velocidad. Quizás para un uso tan sencillo nos sea suficiente con 256GB y, si tienes claro que vas a tirar de servicios en streaming o la nube, podrías recortar hasta los 128GB, pero mejor mirar la diferencia de precio por si merece la pena.

Sobre las pantallas, aunque la más común va a ser las 15,6", también vamos a encontrarnos diagonales de 13 y 14". En este sentido será una cuestión cuánto lo vas a mover. O lo que es lo mismo: si quieres un portátil que sea portable o solo lo vas a trasladar por las habitaciones o muy de vez en cuando. Elijas lo que elijas, mejor apostar por la resolución FHD... a no ser que tu uso sea muy esporádico.

Lo quiero para gaming

En nuestra guía de compra de portátiles para gaming por menos de mil euros hay una buena cantidad de modelos que satisfacen la premisa "calidad precio".

Si estamos buscando equipos y nuestro presupuesto es ajustado, tocará priorizar el hardware dejando en un segundo plano aspectos como el diseño, las dimensiones y el peso, la pantalla o el sonido, si bien habrá excepciones (generalmente en modelos veteranos).

Uno de los componentes más determinantes es la tarjeta gráfica dedicada, que debe ser capaz de mover a 1080p con la máxima calidad de imagen y con una cadencia media de al menos 60 fps. Aunque nuestra recomendación a presente y futuro es apostar por la familia GeForce RTX 2000 por la posibilidad del ray tracing, si bien hay otros modelos que ofrecen buenas rendimientos como la GPU GeForce GTX 1660 Ti. En todo caso, si lo queremos para jugar, un punto de partida es la GTX 1650 de 4 GB en NVIDIA o las RX 570 o RX 580 de AMD.

En cuanto a procesadores, nuestra apuesta es que os decantéis por un chip Intel Core i5 o i7 de 9ª o 10ª generación o bien un AMD Ryzen 5 o 7 de 3ª generación (o la 4º generación, si encontráis modelos que la integren).

Si hablamos de RAM, los 16GB de tipo DDR4 y frecuencia de 2.666 MHz deberían ser lo mínimo, pero si optáis por modelos con cifras inferiores, al menos que puedan actualizarse fácilmente.

Sobre el almacenamiento no tenemos dudas: imprescindible irse por modelos con SSD. Los 512GB son un buen punto de partida para almacenar sistema operativo y juegos, pero si se os queda corto, hay opciones que alternan discos duros mecánicos con unidades SSD.

Un apunte rápido sobre paneles: son muy interesantes aquellas de 15,6 pulgadas con resolución Full HD y capaces de alcanzar una frecuencia de refresco de 120 Hz, ya que al subir de frecuencia necesitaremos una gráfica más potente (y lo mismo si subimos de resolución).